Parecía que había cesado el boom de las bodegas con nombre y apellidos.
La familia Suqué-Mateu se atrevió con este gran desafío que culmina con una bodega con arquitectura Pritzker en un proyecto que mira al futuro, calificación energética LEED, respetuosa con el medio ambiente, sostenible, pensada seguramente para las generaciones venideras más que para este siglo. Solo familias tan veteranas en el mundo del vino son capaces de tener esta visión de futuro.
La adjudicación a Sigena de las instalaciones y automatización supone un gran diferencial para nosotros: Trabajaremos no solo en plano horizontal (automatización 4.0) sino que comenzamos a subir datos en plano vertical a la nube para comenzar a crear inteligencia artificial (digitalización), tratamiento de datos, cyberseguridad,…